lunes, 5 de octubre de 2009


Se despierta de golpe. Sin ayuda de nada. Ni siquiera de un soplo de aire. Quizá por un soplo de amor. Aún es oscuro pero no importa. Llueve, pero tampoco importa. Ni siquiera ve la lluvia porque la ventana está entelada. Simplemente la escucha. Quizá no necesita dormir más. Porque ya no le hace falta ni soñar ni cerrar los ojos para cegarse ante la realidad. Ahora la mira desde otra perspectiva. Y aunque el fin y al cabo la realidad sea la misma, ella prefiere ésta que ahora se asoma tímidamente tras la puerta de su vida.Envuelta en las sabanas y en unas repentinas e inevitables ganas de escribir. Veloz, no queriendo perder esas palabras que sabe que pueden irse en un abrir y cerrar de ojos de su cabeza. Le tiene al lado, dormido. Le acomoda el pelo detrás de la oreja. Observa su respiración. Y la nota, y la oye. Sigue escribiendo, mirándole y perdiéndose en su perfume. Inspirándose mientras éste se mezcla con el espeso azul del bolígrafo. Que obedece a las órdenes de aquella mano sabia en cuanto a palabras pero aprendiz aún de esas nuevas sensaciones que escribe, y que van recorriendo su cuerpo poco a poco. Muy poco a poco. Ocupando hasta el último huequecito de su corazón. Que aunque sea inmenso, le duele porque está llenito de amor, y puede que vaya a explotar. Y es feliz porque tiene suerte. Y lo sabe. Porque se siente llena. Y debe conservar ese momento. Esos pocos segundos, minutos, días o horas que dure. Porque sean los que sean, siempre serán pocos.

2 comentarios:

  1. Aquí Vince...
    m'encanta, m'encanta, m'encanta.
    :)

    y no es facil que les coses "m'encantin tres cops"... algo de mèrit tindràs. jaja bona niit!

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  2. Molt bones les descripcions, molt bonica la situació.

    Molt bonic l'amor!

    que vagi bé

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