lunes, 5 de diciembre de 2011

Días de conocerte
de ponerte en el extremo
de probar tus límites
tu equilibrio
en el borde del precipicio.
De ser adulto y de llorar en silencio.
Como ellos.

De preguntarte quien eres
de negarte al amor
de barrarle la puerta y decirle
“te confundes
debió llamarte la vecina de al lado
y no yo. “

De sentir
como la vida te escupe
como el viento te abofetea
como los días te empujan
hacia un mañana que no quieres alcanzar.

Pero saber
que si no cedes
si no sigues el ritmo pautado
si no te resignas
entonces
tendrás frío
caerás
y el barro te ensuciará
esos zapatos que orgulloso calzas
y esos pies
con los que amas caminar.

Pero si cedes
sigues el ritmo pautado
y te resignas

entonces
estarás vendiendo los hilos
cual marioneta de feria
obviarás tu propio camino
cederás tu ruta al destino
disfrutando de lo prometido;
de un sol colgado con chinchetas
de una utopía artificial
de una melodía desafinada
de un paraíso de cartón.

Como ellos.
En el borde del precipicio.
Preguntándose quién son.
Llorando en silencio el mañana,

el ayer,

el hoy.