Desnúdate. Quítate hasta la piel y dime de qué tienes miedo. Por que tienes frío. Qué demonios te persiguen para que siempre estés huyendo… Preséntame a aquél que te colorea los días tan grises, le dejaré un par de cosas claras. Y enséñame qué es lo que te está comiendo el corazón. Dime, solo entonces, porque estas tan triste. Y luego, si quieres, abrígate de nuevo con tu fría piel tras la que te escondes. Sí, así, camúflate cómo siempre has hecho y haz cómo si nada pasara....
lunes, 17 de mayo de 2010
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